CRÓNICAS DEL POSTCONCIERTO

Si alguno cree que la vida de una banda se limita a sentarse, tocar y recibir aplausos, está muy equivocado.
¿Nadie se ha preguntado cómo traen los músicos sus instrumentos?.
Bueno, el que toca el pito maragato, puede traerlo en el bolsillo, pero ¡ay del pobre que toca los timbales (por poner un ejemplo)!
El acto de carga y descarga ha traído frases incunables en (esta) Nuestra Banda, como por ejemplo:

¡Soy el amo del mundo! (versión censurada, en realidad nuestro percusionista mostró su júbilo al conseguir meter a presión todos los cachivaches en la "fragoneta", con una interjección que autoridades superiores no nos permiten reproducir en su máxima magnitud):

O:
¡Que sus abaheis de una vez!, ¡Que sus voy a dar con la vara de avellano!. Esta frase, pronunciada en aldeadelreyenense, transcrita como se pudo, muestra las capacidades exhibidas por nuestro excelso director de mando (y no sólo de dirección). Bueno, también autoridades superiores nos han impedido transcribir todos-todos los vocablos de aserto empleados por "el Boss" para dar empaque a su discurso...

Los miembros de La Banda que habían subido a la furgoneta pretendían hacer otro "bis" a capella, pero fueron interrumpidos oportunamente antes que actuaran las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.